Hoy el tiempo nos ha dado un pequeño respiro. Ha dejado de llover, y se nota por todos lados. Porque aunque siga estando nublado, la gente sale a la calle a la mínima oportunidad.
Hemos salido a dar un paseo con los perros y de repente hemos visto a un montón de gente paseando por los dos puentes que hay cerca del camping. Nosotros nos preguntábamos si es que regalaban algo o había algún tipo de celebración, pero al continuar hacia el pueblo de al lado nos hemos dado cuenta de que la razón de que hubieran tantos coches aparcados cerca era simple y llanamente porque la gente se había parado para ver el río.
Como os dije ayer, tenemos uno al lado del camping, y otro a pocos metros. Pues bien, el más lejano ha subido de nivel considerablemente y baja mucho más revuelto. Si, es espectacular ver como ha crecido, pero sigue siendo un río que baja revuelto. No acabábamos de verle la gracia a pararse tanto rato a mirar como corre.
Pero al volver al camping, la dueña nos ha dicho algo que le da sentido a tanta expectación, o al menos parte. Por lo visto se ha llevado por delante varios arboles que bajaban desde a saber donde, y a demás un coche va flotando por sus aguas. Se ha desbordado y la gente anda con mosqueo (o morbo, vete tu a saber) por si afecta al pueblo de al lado. Pero no os preocupéis por nosotros, que la dueña del camping también nos ha estado explicando que el río que está más cerca es realmente una barrera por si el otro se desborda que no afecte a esta parte, ya que al estar tan alto el agua no nos llegaría de ningún modo. Es grande, pero no ha subido a penas de nivel por las lluvias y va muy tranquilo.
Así que yo esta noche duermo tranquila, que aunque se espera para mañana el peor momento con el río ante la crecida que está por llegar, nosotros no nos iremos al carajo con el agua.
Por cierto, la suegra al final se ha adelantado y nos ha llamado hoy. Y, sin que sirva de precedentes, nos ha dado dos alegrías. La primera es que nos va a mandar algo de dinero, que aunque mi novio trabaje, ya os dije que el dinero empezaba a escasear y el día 15 (cuando cobran de la empresa) está todavía un pelín lejos.
La segunda es que al contarle como está el coche (ya os contaré a vosotros) nos ha dicho que va a preguntarle a una amiga suya cómo se lo financió el estado, así que puede que en breve tengamos un coche decente que no huela a humedad (quien dice en breve, dice dentro de un par de meses). Que rezamos para que el coche aguante, pero el pobre tiene los días contados.
Por lo menos esta noche voy a dormir tranquila, que tendremos para llegar a mediados de mes y el río no se nos puede llevar por delante. Eso si, el mosqueo con el móvil aún está presente, que ya han sido dos ocasiones más en las que se ha puesto «tonto». Y aunque parece que de momento aguanta, le queda menos vida que al coche.