Un despiste

Cada día estamos más cerca del día «B», faltan algunas cosillas por rematar, pero hoy no os voy a dar la turra con la boda. Bueno, va, solo unas pocas líneas. El lunes fui a la prueba de la peluquería, y a pesar de que ODIO con todas mis fuerzas que me toquen el pelo (me duele horrores que me peinen) quedé gratamente sorprendida con el peinado. Yo pensaba que quedaría peor (por mi pelo, no por la peluquera), y para ser una prueba rápida quedó genial. Qué ganas de verlo ya todo en conjunto.

Pero a lo que venía hoy era a otra cosa. Todos sabéis que los niños repiten patrones que ven en casa. De sus padres de sus abuelos… en general son un espejo de todo lo que ven. Y en concreto la peque algunas veces me ayuda a regar las plantas de la terraza, y me imagino que también a la abuela. Tanto en casa como en El Campo. Pues anoche estaba bebiendo de su vaso de dibujos, entretenida con sus juegos y charlas. Cuando ya se había tomado el agua que le apetecía, decidió regar algo con lo que sobraba (cosa que mi madre hace en la tienda en la que trabaja mi hermano con la planta que tenemos allí). ¿A que no sabéis qué regó? ¡Mi ensalada! Ella vio verde y allí que se fue a regarla. Me la puso tipo sopa. Me fascina la capacidad de relacionar ciertas cosas aunque nadie le haya explicado nada al respecto. Así que nada, tras la cara de «conejo cuando le dan las largas» que se me puso, me tocó escurrir mi ensalada para poder comérmela.

Nada, a partir de ahora tendremos que tener cuidado en casa con no dejar las ensaladas sin vigilancia por si nos las vuelve a regar. No era suficiente con tener cuidado con la comida por la gata, ahora con la enana también. Ni despistarse puede una…

 

PD: he dejado otra receta más en el blog de cocina. Esta vez una tarta.

Y ahí vino de nuevo

Le temía a este fin de semana. Como cada año, tenía que llegar el cambio de hora, y con él la pelea de los últimos dos años cada vez que llega: «niña, duérmete ya». ¿Como le explicas a una niña pequeña que a alguien se le ocurrió la genial idea de cambiar la hora dos veces al año? Para ella, todavía se levanta a las 8:30, y no a las 9:30 con la hora nueva. Aunque tengo que confesar que esta vez ha sido un poco menos traumático para las dos. Nos ha pillado el fin de semana resfriadas (sobre todo a la peque) y como se echaba siestas cada vez que le apetecía, la hora se la ha pasado un poco por el pirri.

Ha sido un domingo en casa viendo llover y de maratón de series. Ahora, yo estoy agotada. Entre que se durmió algo tarde y que a las tantas de la madrugada me tocó ir de romería con ella en brazos por la casa, hoy no tengo yo las pilas muy cargadas. Que ya le va pesando el culo, y tener que moverse, coger cosas del suelo o simplemente dejarla en la cama va siendo un triunfo. A ver si hoy se duerme un poco antes…

La tentación en la puerta de casa

Me han puesto un parque en la puerta de casa. Y sé que mas de uno dirá que es genial, que lo tengo muy cerca y tiene sus ventajas. Depende como lo mires. Hasta hace nada era una «estación de autobuses provisional» que llevaba ahí 40 años (bueno, si se le puede llamar estación a 4 lineas pintadas y 2 bancos en cada lado) y este año decidieron moverla de sitio a uno «provisional definitivo» (vamos, otros 40 años mínimo allí). Nos han tenido un año con aquello patas arriba, entrando polvo, calles cortadas de vez en cuando y un panorama para llorar. La enana cada vez que pasábamos decía que lo habían roto. Pues un año (desde semana santa del año pasado) han tardado en que aquello quede decente. Ojo, decente, que se ve que el arquitecto o quien diseñara aquello no tiene niños pequeños. No tiene vallas de ningún tipo estando justo al lado de una avenida muy transitada y los… ¿las atracciones? (no sé como llamar al conjunto de rampas y toboganes) son demasiado difíciles para niños de la edad de la peque. ¿A quien se le ha ocurrido un puente con 6 peldaños y una distancia de 30cm entre uno y otro? Todo ello con el único apoyo de 2 cuerdas. Yo no sé el resto de niños, pero la mía si no hubiera estado literalmente debajo de ella, se habría caído un montón de veces.

Al lío que me despisto. Lo malo de este parque es que ahora cada vez que tenemos que pasar por casa para entrar, salir o lo que sea la peque quiere ir al parque. Y ahora todavía se conforma de vez en cuando y solo arma el drama la mitad de las veces, pero llegará el día que «el parque esta cerrado» en sus dos variantes (es muy temprano o muy tarde, según convenga) no valga y el drama estará servido. Claro, te mira con esa carita y te dice «podemos ir al parque, por favor» y cualquiera le dice que no. Cuesta, ya os lo digo. Y si encima no le pilla en modo gremlin por la calle, no queda otra que pasar por el parque. Nos va a sacar lo que le de la gana esta niña cuando crezca.

Resumiendo un poco

¿En serio no paso por aquí desde enero? No he contado nada de fallas, del cambio de hora… ¡nada! Mira que hay noches en las que lo he intentado, pero no ha habido manera. Es más, hace pocos días tenía una entrada casi terminada (me quedé dormida escribiendo) y no la veo por ningún lado. Paso a contar un poco.
Después de 33 años, nevó de nuevo en Denia. Fue una imagen muy curiosa el ver las palmeras nevadas. No se ve todos los días. Estuvo nevando unas horas y quedó una capa blanca sobre coches, calle y todo lo que estuviera al aire. Hacía mucho que no veía nieve tan de cerca. Hubiera dado lo que fuera por no trabajar ese día y poder irme a disfrutarla con la peque. Pero bueno, por lo menos tengo un bonito recuerdo. Luego os lo enseño.
También pasaron las primeras fallas de la peque. No se puede decir que las disfrutara mucho, pero le fascinó ver quemar la del ayuntamiento y los cohetes que tiraros. Embobada se quedó mirando. Yo pensaba que se echaría a llorar en cuanto empezaran los petardos, pero no. El año que viene ya la veo tirando «bombitas» en la puerta de casa de mis padres. 
Le salieron ya 4 dientes. Tiene ahora mismo los dos de abajo fuera, y los de arriba están en ello. Tiene una cara de mala cuando se ríe… y ya empieza con las maldades. Ahora le ha dado por pegarme tirones de pelo. Estando en. Razia de mi madre, si paso por delante de ella se inclina y tira del pelo sea como sea. Y no solo eso, mientras más chillo más se ríe. Va a ser una pieza de cuidado en un tiempo.
En fin, ya son 8 meses y medio y no para un momento mientras está despierta. Parece mentira el tiempo que ha pasado ya. Parece que fue ayer cuando iba por la vida con un bebé de 4 kilos encima que solo quería teta y dormir, y ahora ya me muerde, tira del pelo, patea (me clava los pies en los costados cuando quiere que me mueva, como a los caballos)  y pega pellizcos. Aún y así, es muy buena, sobre todo a la hora de dormir. Pero eso ya os lo cuento otro día que la peque anda exigente y a mí se me cierran los ojos. Ahí os dejo una foto de la nevada:


Y mañana, pediatra. Hay que ver lo cara que es la Bexero…

Primer cumplemes de la peque

Nada, que no hay manera. Me faltan horas al cabo del día para hacerlo todo. Pero bueno, supongo que será cuestión de coger una rutina y que la peque me de un respirito de vez en cuando. 

Antes de empezar con lo de hoy, os cuento lo que me quedó pendiente en el post anterior. Le puse boca abajo, y es que  hasta el día anterior hacía casi un año que no me ponía en esa postura. Al principio por miedo, y luego ya porque era imposible con el tripón que gastaba. Como lo echaba tanto de menos, me puse boca abajo en la cama para recordar aquellos días en los que mi tripa no estaba «arrugada» como dice Miniroxu y me quedé dormida al segundo. Vaya dos horas de siesta me metí entre pecho y espalda. He de decir que sigo sin hacerlo muy seguido debido a la lactancia, pero bueno, un caprichito postural de vez en cuando me lo puedo permitir.

Y ahora la peque. Está enorme, un kilazo ha engordado desde que salió (yo preocupada por si la teta no le alimentaba lo suficiente) y cada día más bonita. Y no es porque sea su madre, que su abuela también lo dice. Aunque no sean opiniones imparciales las nuestras, hay mucha gente que coincide con nosotras. La niña es bonita, y con determinada ropa parece una muñeca. Si no fuera por las entradas que tiene en el pelo, vamos, de anuncio. Que pelo lo que se dice pelo, tiene a parches. Un mechoncillo en el centro de la cabeza y el cogote, el resto es una pelusilla fina que espero que en su momento se vuelva melena. 

En cuanto a mi, ya estoy prácticamente recuperada, los dolores se han ido y ahora solo queda una pequeña molestia cuando la fiera me patea la barriga. La lactancia ya es mucho más llevadera (benditas pezoneras, que 10€ más bien invertidos) y ya no necesito armarme de valor cada vez que la peque necesita comer. Porque hasta que no tuve las grietas en pleno apogeo (la virgen lo que llegan a doler) no descubrí que si duele el pezón tiene un dolor reflejo en el homoplato, así que haceros una idea de como llevaba la espalda. Menos mal que hoy por fin pude ir a la masajista. Ahora estoy como si me hubieran dado una paliza, pero en breve estaré mucho mejor.

Bueno, ya está acabando, así que voy a aprovechar para dormir otro rato hasta que vuelva a pedir dentro de unas horas. Con suerte, hasta por la mañana.

Boca abajo

Aquí estoy, en la cama intentando echar una siesta (bueno, intentaba hasta que el teléfono se ha puesto a sonar) pendiente de la peque que en cualquier momento abre un ojo y reclama teta. Se pasa gran parte del día enganchada. Me siento un brick de leche con patas. Pero me encanta. Quitando esos primeros 2-3 segundos cuando se agarra en los que veo las estrellas y se me arruga hasta el ombligo, luego va todo de perlas. Que eso nadie me lo dijo, que las 2 primeras semanas hasta el más leve roce de ropa sería como pasarme papel de lija del 15 una y otra vez. Menos mal que la cosa ya va mejorando. 

Siempre te cuentan los «percances» que se pueden sufrir con la lactancia, que si mastitis, dolorcillos varios… Pero que me iba a pasar dos semanas respirando hondo cada vez que la peque se acerca aunque sea por error a la teta… eso no. Hasta hace un par de días le temía más a ella que ha pillarme un dedo con una portazo o patear la esquina de la cama descalza con todas mis ganas. Pero al fin parece que empieza a recuperarse todo y está dejando de doler tanto. 

La peque crece y crece por días, y en 8 días ha aumentado casi 400 gramos. Vamos, que está bien alimentada. Ya puede estarlo, que me tiene escurrida. En cuanto al sueño, no tengo queja alguna. Una noche normal me despierta una vez para comer, y una noche «movidita» dos. 

En fin, ya seguiré contando que la peque ya se ha despertado y me reclama. Ya os contaré a qué viene lo de boca abajo.

¡Bienvenida!

Bueno, aquí me tenéis escribiendo con una mano en la toma de las 4 de la mañana haciendo un esfuerzo por no dormirme en el sofá con la niña en brazos. ¡Si, ya estamos en casa con la peque! Os presento a nuestro bomboncito.


Nació el día 15 con sus 3,2 kilos y 50 cm tras varias horas ingresada y una cesárea finalmente. Y he de decir que se nos cae la baba a todos con ella. 

Bueno, hoy esta entrada cortita para presentarla y otro día ya os contaré más, que con la cicatriz dando guerra para dormir la verdad es que me cuesta descansar como en debido. La peque es una bendita que ni se queja ni da guerra. Vamos, yo firmaba para que se quedará así. Ala, a ver si encuentro otra vez la postura en la que no me tire nada…