Prometo que esta entrada pensé que ya la había publicado hace tiempo. No entiendo como seguía hasta hace un momento todavía en “borradores”, pero, por segunda o tercera vez, la sacó del tintero para publicarla. A ver si está en la buena.
Esta vez no he escrito una entrada detallando todo lo que nos hicieron tragar en el avión (que fue mucho, como siempre). Salimos a las 11:30 de Tokio (hora de allí) y llegamos a Ámsterdam a las 17:30 (hora de aquí). Es curioso, es la primera vez que volamos sobre Canadá y Groenlandia para volver en lugar de Asia. Casi parecía que estuviéramos evitando pasar por encima de Rusia. Que cosas, oye.
Se nos hizo más largo que un día sin pan. Yo tenía las piernas y el culo que ya no parecía mío.
A las 20:45 teníamos el siguiente vuelo y a las 23:30 llegábamos a Madrid. Por supuesto ya no nos daba para llegar a ningún tren, así que hemos dormido en un hotel cercano al aeropuerto y bueno, luego una hora y pico de tren. Se nos está haciendo muy largo el viaje, pero claro, hablamos de 8 zonas horarias que hemos atravesado.
Esta vez encima añadimos que salimos desde Madrid, y no solo hay que volver a casa una hora en coche, si no que tuvimos que añadir un día más de viaje. Que a la ida vale, pero a la vuelta… a mi me pilla ya sin pilas. Necesitamos unas vacaciones de las vacaciones.