Hoy he tenido uno de esos clientes que te dan ganas de… bueno, ya sabéis, mandarlo a la mierda como poco. Y es que ya no tenemos paciencia ninguna. Ni yo, ni los clientes. Hemos entrado en el verano por la puerta grande y no doy más. Tengo la sensación de que por mucho que haga no es suficiente. Y si a eso le añadimos algún estúpido por el camino… mi lado «menos amable» se asoma (al menos de momento, todavía no he mandado a nadie bien lejos, y no por falta de ganas). Pues el que nos ocupa hoy venía preguntando por una pantalla de un teléfono. La conversación ha ido más o menos así:
– Tardo entre 30 minutos y una hora. (He estado calculando lo que me puede llevar cambiarla si no viene mucha gente a dar la turra, y si viene)
– ¿Como que media hora? Eso no es en el acto.
– Disculpe, pero el tiempo depende del trabajo que tenga en ese momento (atender al público, llamadas estúpidas como está que no se responden solas, intentar que no me de algo…)
– Ya, pero el chico me dijo que era en el acto. 30 minutos no es en el acto.
Llegados a este punto ya me conozco la situación. 10 minutos intentando convencerlo de que no es el ombligo del mundo, que hay más clientes y lo mismo necesito algo más de tiempo. Todo para que el tipo acabe diciéndome que le pase con el técnico que seguro que él lo sabe mejor. Aquí ya he desconectado y lo único que quiero es no darle carrete para poder colgar la llamada.
Yo creo que este tipo se piensa que tengo una jodida varita mágica entre mis herramientas que hace que las pantallas se cambien solas y al instante.
¿De verdad la gente ya no puede pasar 30 minutos sin su móvil? 30 minutos. Que me he tirado más tiempo eligiendo algo que ver en Netflix de lo que tardo en cambiarlas. Ya, ahora es cuando alguien piensa «es por el trabajo» ¡Es una mísera media hora! ¿No pueden perder 30 minutos de su tiempo libre en cuidar su herramienta de trabajo? Es más, ¿le confían TODO su trabajo a un dispositivo que se puede estropear, perder (que se lo digan a Roxu, casi) o robar? Cuantos me han llegado ya con el móvil mojado (dejemos a un lado en qué) casi llorando porque tienen dentro toda su vida y no enciende. ¡¿En qué cabeza cabe que no solo te lleves tu móvil de trabajo a la playa, si no que lo metas en el agua para hacerte dos fotos?!
En fin, hay gente para todo. Os diré que al final no le he cambiado yo la pantalla. Se la ha cambiado Roxu y con él ha sido amable. Yo no hubiera podido ser amable en este caso. Es lo que tiene tener tetas, no te toman en serio en este trabajo. 5 años después sigo con la misma historia.