Casi se me pasan las fiestas sin haberos felicitado. Aquí estoy, en mi primer día de vuelta al centro comercial. Por delante tengo un mes trabajando otra vez aquí. Ya veremos cómo va, porque la última vez no tenía ni la mitad de tareas de las que hago ahora.
El último día del año ya. Se pasan los días volando. Y es que ha sido un año bastante intenso, ya solo con la boda se me aceleró de mala manera. Boda, viaje a Tailandia por segunda vez… Ya solo eso fueron un montón de preparativos. ¿Que merecieron la pena? Por supuesto. Pero a ratos fue agotador.
Pero bueno, no quería hacer el típico balance de fin de año. Ha sido bueno, a ver cómo viene el próximo. Este de momento lo acabamos con nuevos miembros en la familia (aunque alguno sea «temporal») y con un hobby que aunque ya veía arrastrándolo desde hacía tiempo, ahora puedo desarrollarlo. Nunca se había dado el caso, pero me encantan los bonsais desde hace mucho. ¿Lo malo? Que tenía unas manos terribles con las plantas y las pobres nunca me sobrevivían. Ahora sí, alguna hay que no ha aguantado, pero es alguna puntual y porque la he liado. Desde hace unos 3 meses ha aumentado el numero de plantas en casa hasta invadir el balcón.
Otro día que tenga alguna foto decente os pongo alguna. De momento os dejo con una foto de los peques de la casa. Ya sé que seréis muchos los que digáis que son feos, pero cuando tienes de estos y ves como son, te enamoras de estos bichos.
Mamá con sus 3 peques. Pobre, qué paciencia tiene. Esta gata tiene el cielo ganado. No sólo con sus cachorros, mi peque la besa, la achucha, le da todos los mimos que quiere… y a la pobre todo le viene bien.
En fin, todavía me queda una hora que aguantar aquí, a pesar de que casi no queda nadie por aquí. Me aburro y tengo hambre. Mala combinación.
¡Feliz año nuevo!