Nuestro último día completo en Osaka. Y como no podía faltar en nuestro itinerario, hemos ido a Kyoto. No queda lejos, y por unos 800¥ hemos llegado hasta allí. Eso sí, los trasbordos un caos.
Nuestra primera parada ha sido el mercado Nishiki, y por primera vez desde que llegamos he sentido que hubiera turistas y no solo el típico despistado. Me refiero a europeos, no a otros asiáticos. Yo no sé vosotros, pero sin oírlos hablar me cuesta mucho distinguir de donde vienen si es que lo consigo.
Hemos visto de todo, tiendas especializadas en palillos, dedicadas únicamente a productos “de fresa”, ropa de segunda mano… y una de las que más de ha gustado (a parte de los puestos de comida) ha sido una en la que vendían kimonos al peso. Si, al peso. 1gr = 1¥. El obi lo pagabas a parte por 990¥. Al final el que me he llevado me ha costado 2.002¥. Enamorada me tiene. A ver si mañana con mejor luz saco una foto y os la enseño. La luz de noche del apartamento no favorece a nada ni a nadie.
Después entramos a comer a un restaurante, también con el tema de la plancha delante y eso. Esta vez ha caído un arroz. Que rico. Y ya para rematar la visita hemos llegado hasta Pontocho park.
El puente que se ve al fondo está con toda la decoración en madera.
Y ya para cerrar el día hemos ido al Abeno Harukas. El mirador más alto de Japón. Si ya nos parecía algo en Umeda Sky Buiding con sus 170 metros, quita el aliento este con sus 300 metros de altura. 60 pisos nada más y nada menos.
Tras esta visita nos hemos ido ya al hotel. Muchas horas de trasiego pasan factura y mañana volamos de nuevo ya a nuestra última etapa en este viaje: Tokio.
Ya que aquí tengo límite de almacenamiento he subido algunas fotos más y un par de vídeos al perfil de Instagram que he abierto este viaje para no dejarme ninguna en el tintero. Podéis acceder aquí.
Mi caótica vida y sus alrededores. 