La paradoja de la lluvia

Siempre pensé que cuando llovía la gente se quedaba en casa y tiraban más de comida a domicilio. No sé, esos días igual apetece más estar tirado en el sofá rollo «mantita y peli» que ponerte a cocinar. Pero no imaginaba que literalmente TODO se paraba los días de lluvia. No me refiero a las Danas o tormentas, me refiero a esa lluvia que con un paraguas vas maravillosamente a cualquier lado disfrutando de los pocos días de lluvia que tenemos. Si caen 4 gotas, la mitad de los niños no van al cole. Vas al super y hay menos gente. Por supuesto, por la calle hay menos movimiento que de costumbre (dejando a un lado los coches, que se multiplican) porque al parecer la gente o bien se disuelve o encogen con el agua. Ni hablemos del gimnasio, si hay gente a la que le da pereza venir de normal, dales una pequeña excusa para quedarse en casa.

A mí personalmente me encanta la lluvia. Lo que ya no me gusta tanto es que los días que llueve parece que a la gente le da por pedir menos comida a domicilio. Va, y no me digáis que es que tienen conciencia con el repartidor. Y no soy yo, he hablado con los chicos que vienen a repartirme en sushi y pasa con todos los restaurantes con comida para llevar. Llueve, y hay días que incluso se me quedan aquí de cháchara porque no tienen nada más que repartir. En fin, si esta gente que le teme al agua se mudara al norte (digamos Asturias, donde el suelo se seca dos veces al año) lo iban a pasar francamente mal. Y me voy, que todavía tengo que limpiar la cafetera antes de irme.

Un día más

Hoy ha salido un día medio soleado. Prácticamente ha estado lloviendo desde que llegamos. No recuerdo un año tan lluvioso desde hace mucho. Ahora es cuando los conspiranoicos empiezan con lo de las avionetas regándonos con «ahoramismonorecuerdo», o cualquier otra teoría que le cuadre. Haber, hay variedad. Casi tantas como del dichoso virus. No, no voy a entrar otra vez en el tema. Pero no me diréis que no es casualidad que haga años que no llueve en Abril durante… espera, ya no sé ni a qué día estamos. Prácticamente 2 semanas (he tenido que mirar el calendario, vaya tela). A mí me viene de perlas, a parte de todas las plantas que tengo en casa, tengo todavía más en un terreno que tenemos en un pueblo cercano. Y algunas las planté justo antes de irme de viaje, así que no tengo ni idea de cómo habrán evolucionado. Con la lluvia que cae de vez en cuando estoy tranquila de que cuando acabe todo esto tendré algo que cuidar y no un montón de matojos que dar de comer al burro del vecino.

Y otro día más en casa. Como dice Roxu: «torturando plantas» y con cambios en el pequeño jardín. Un día más encerrados en casa. Un día menos…

Koh Tao día 2

Hoy hemos vuelto a ir a bucear. Insisto, es como bucear en un acuario. Hay tal cantidad de peces y animalillos en general… para nuestra, un botón.

Fijaros que banco de peces nos cruzamos. Pasamos por debajo de ellos, y llegamos a atravesarlo. Increíble, se hacía más oscuro con la cantidad de peces que había.

La segunda fue en otro punto, y aunque no tengo fotos (la cabeza no me dio en ese momento para cogerla) nos encontramos con un pez globo ENORME en un pequeño túnel por el que estábamos pasando.

Y mañana más. Nos espera toda la semana de buceos, y en concreto mañana una nocturna. Qué ganas!! Mirad, esta foto fue esta mañana entre buceo y buceo.

Por la tarde, después de una siesta (demasiado) larga, hemos intentado ir a la otra parte de la isla, pero las pendientes que hay son demasiado para la moto con la que vamos. Al final hemos acabado en el bar La Latina tomando algo. Y como no, ha llovido. Y qué manera de llover. Aquí cuando llueve, llueve de verdad. Como para perder las chanclas calle abajo como te las quite la corriente. Y claro, si a eso le sumamos que en moto no hay quien se cubra sin un chubasquero, ahí nos tenéis a los dos llegando al hotel empapados.

Bueno, creo que voy a intentar dormir un rato, porque las 5:45 de la mañana están a la vuelta de la esquina. Qué mal llevo el madrugar…

Todo de golpe

Hacía que no llovía… ya ni me acuerdo. Pero mucho más hacía que no llovía tanto. Está lloviendo más esta Semana Santa que en todo el último año junto. La Virgen (nunca mejor dicho), cuánta agua. Por la tarde ha empezado a subir incluso el nivel del agua que bajaba por nuestra calle y aunque ha bajado un poco, sigue estando a nivel de la acera. Los de los locales de enfrente se han tirado toda la noche sacando el agua de las olas que provocaban los coches al pasar. Mirad:

Y es en estos momentos cuando la estupidez humana sale a flote (va, era un chiste fácil). A ver. ¿En qué cabecita cabe que una noche lloviendo a cántaros, en una calle con 30 cm de agua y subiendo, es una buena idea pararse a comprar un kebap? Si, señores y señoras. Varios coches han parado a comprar un kebap. Y lo mejor es que se sorprendían al abrir la puerta de que hubiera tanta agua. Me pregunto qué esperaban…

Los que estaban en un local cercano a casa salían a fumar y acababan mojados hasta las rodillas. ¿De verdad no ves que viene un coche a toda hostia levantando una ola enorme? Tienes suerte de que haya un coche aparcado delante, si no te mojaba de arriba a abajo.

Y ya me ha rematado el del bar de enfrente, que tras horas y horas con las sombrillas plegadas mojándose, ha decidido que era hora de ponerles la funda. Claro, no sea que se mojen esta noche. Se le van a pudrir con tanta agua.

Por no hablar de toooooda esa gente que, a pesar de llegarle el agua por encima del tobillo, van con dos bolsas de basura atadas a las rodillas,o lo que es peor la de puntillitas o dando saltitos como si así se fueran a mojar menos.

Dos horas nos hemos pasado en el balcón viendo a la gente pasar andando o en coche, atascándose en un cruce cercano, dar marcha atrás o ir en dirección contraria viniendo un coche en la dirección que toca, subir por encima del parque para dar la vuelta… pocos accidentes han pasado hoy si en un simple tramo de calle pasa todo esto.

Así que nada, con el coche aparcado en un sitio seguro nos vamos a dormir y que no nos encontremos mañana la calle inundada. Menuda tromba de agua ha caído. Y según el móvil lloverá hasta mañana. Pues no nos queda nada…

¿A donde vamos?

No, no es una reflexión profunda mañanera inducida por haber dormido hasta las 9 casi de tirón y que la doña de la casa me siga roncando aquí al lado (a ver si al menos me deja acabar esto antes de entrar en modo gremlin). Me refiero más bien al lugar donde hemos decidido pasar las vacaciones en las que estamos metidos de pleno. Nos hemos venido a la tierra de Roxu, a Asturias! Si, en plena ola de frío y nieve nos hemos venido aquí los 5. Se ha venido hasta el perro de vacaciones. Hemos cambiado el sol, la playa y unos agradables 12 grados por la lluvia, el granizo (ya perdí la cuenta de las veces que me ha granizado encima estos 2 días que llevamos aquí) y los 3 grados de media que tenemos. Llamadme masoca, pero me encanta. Lluvia, lluvia y mas lluvia, que en casa no llueve más que un par de días al año. El que no está tan contento es el perro. El pobre va intentando meterse bajo todos los paraguas y balcones que puede, y aún y así se moja y llega empapado. Yo me di por vencida con el chaleco de lana, más que abrigar hace de esponja.

Una de las visitas obligadas que tendremos estos días es a un prado a ver vacas. Miniyo va a alucinar cuando vea una vaca de verdad que se mueve y respira. Acostumbrada a la del Alehop que hay cerca de casa, con esta tiene que ser un espectáculo. Y como encima le haga algún ruido estando cerca se mea, fijo. Ya os contaré como van las presentaciones.

Ahora me voy a intentar despertarla, que como la deje se le va a juntar la comida con la merienda. La madre que la parió. Días en que a las 5 de la mañana quiere jaleo y hoy son las 10:30 y sigue roncando. Si es que no hay nada como tener que levantarse un poco temprano por algo para que ella siga durmiendo hasta las tantas… Deseadme suerte, a ver si no me muerde.

Acabando la primavera

Se acabaron las fallas. Se acabó el ruido y los petardos. Pero este año hay algo que resiste, sigue lloviendo. Todos los años llueve por estas fechas y las moja, no falla. Pero este año las ha mojado, remojado y por si fuera poco sigue lloviendo. Sólo espero que no dure mucho, que la semana que viene nos vamos de viaje y no me apetece que nos llueva. Para una vez que voy a salir de viaje a disfrutar de unas vacaciones (aunque parezca mentira es la primera vez que me voy una semana de vacaciones) me gustaría disfrutarla al máximo.

En fin, parece que los días de sol se han tomado una tregua. Que se vayan ya las nubes que tiene que volver el buen tiempo antes del domingo. ¡Ya queda poco para las vacaciones!

Desaparecido

Desde luego, la gente me sigue sorprendiendo. Así en general, incluso aunque no la conozca. Lleva lloviendo aquí dos días (nada raro teniendo en cuenta el tiempo que dan para toda España) y esta mañana, al sacar al perro de paseo, se ha quedado el paraguas en la puerta para que no escurriera por casa. Pocas horas después he tenido que volver a bajar y a que no sabéis. ¡Me han robado el paraguas! Sinceramente, ya podían haber robado la cama y el somier que estaban justo al lado, así me hubiera ahorrado el tener que bajarlos y llamar al ayuntamiento para que los recoja.

Un paraguas viejo y descolorido… Hay que ver la gente como puede ser, y más entre vecinos. Por lo menos podían haberlo devuelto después del paseo. Nada, mañana fijo que me mojo de camino al trabajo como siga lloviendo. Como para fiarse de dejar algo en la puerta que no pese mucho…

Seguimos pasados por agua

Y sigue lloviendo. Madre mía. Hay mañanas en las que amanece despejado, y en un rato se arma la Marimorena y llueve a cántaros. Mi compañero asturiano dice que le han timado, que a él le vendieron que aquí siempre hacía buen tiempo y que es peor que allí, que por lo menos no hacía tanto calor y había menos humedad. Es lo que hay, un mes al año nos crecen escamas con tanta agua. El resto del año somos de secano.

Me temo que hoy voy a ser algo breve que ya me he pegado el primer telefonazo en la frente. Total, para ponerme a escribir incoherencias semi inconsciente. Siempre estoy a tiempo . Y otro telefonazo. Definitivame, voy a dejar el móvil en la mesita de noche que no quiero que se me caiga al suelo y tener que pagar una pantalla nueva…

¿Otoño? ¿Eso qué es?

Hace frío. Sé que no estoy contando nada nuevo (al menos por aquí), pero es que ha sido un cambio muy drástico en muy poco tiempo. 4 míseros grados tenemos ahora mismo, y llevo toda la tarde leyendo por Twitter que por aquí cerca está nevando. Y no me extraña nada. Aquí de momento sólo llueve, y no ha parado en todo el día.

Que sí, que aquí el otoño se ve bonito. Los árboles ya tienen mil tonos entre amarillo y rojo y algunos ya casi no tienen hojas. La verdad es que se nota la diferencia en el paisaje mucho más que en España. Pero ha sido un cambio muy drástico de temperatura. Si hace un mes estaba muriendo de calor y bañándome en la piscina, ahora mismo estoy junto a la estufa que la tengo a medio gas enrollada en la bata-manta (¡bendito regalo!). Casi 30 grados de diferencia en tan poco tiempo es un cambio muy brusco, y no parece que vaya a mejorar más de un par de grados con suerte.

Pero no os preocupéis, que ya me imagino a mi madre sufriendo porque yo pase frío. El gas nos sale gratis ya que lo tenemos incluido en el alquiler y la caseta y la caravana aíslan bien dentro de lo que cabe. Además, tengo unas sudaderas la mar de calentitas para andar por casa y voy bastante a gusto. Lo único que me mata es fregar los platos, que hoy al fregarlos se me han quedado las manos heladas a pesar de calentar una olla con agua. Me he pasado luego un rato con las manos sobre la estufa para volver a notarlos. Bueno, en realidad hay otra cosa que me mata, tener que ir a la ducha. Después de una ducha calentita (que por fin encendieron la calefacción y ya son más agradables) no me apetece nada pasearme hasta la caravana. Para esos viajes sí me viene bien mi chaquetón viejo.

Si el invierno se parece al del año pasado, va a ser muy largo. Hasta Abril más o menos. Pero como ya tenemos las chaquetas nuevas y al jefe de mi novio ayudando con la casa, no va a ser muy duro.

Y os dejo la anécdota del día. Esta mañana he tenido que irme unos minutos de la caravana, y no me he acordado que guardar un botecito de salsa se soja que sobró de ayer. Al volver, uno de los perretes lo había mordisqueado ¡encima de mi bata-manta! Castigados los tengo sin subir al mini-sofá. Claro, en la lavadora del camping no me cabe y de momento no puedo lavarla, así que tengo una bonita bata-manta con un aroma a salsa de soja que tumba de espaldas. Ahora los dos perretes se ponen locos pensando que hay comida cada vez que la muevo. Ale, aquí tenéis un post escrito con aroma a Sushi.

Adiós, verano

El verano se ha acabado. Definitivamente se acabaron los días de piscina y horno a tamaño industrial en mi salón. Y por supuesto las noches en tirantes viendo la tele. Ahora vuelve el jersey y la «piojosa» me acompaña por las noches. Poco falta para que saque los patucos de invierno de estar por casa. Y es que lleva desde ayer lloviendo y no tiene pinta de que vaya a parar.

Se suponía que este fin de semana iba a ser el último en el que pudiera darme un chapuzón en la piscina con los 30 grados que predecían, pero esta vez el hombre del tiempo ha fallado y ha tocado sacar el pantalón largo y el jersey. Y es que no hemos pasado de los 16 grados ni en plena tarde, cuando más calor hace. Vamos, otoño de toda la vida. Ya se va notando los días más cortos y las noches más largas. Pero sobre todo ya empiezan los anuncios y noticias de «la vuelta al cole». Aquí en pocos días los peques volverán al cole.

Quién me iba a decir a mí que en pleno mes de Agosto tendría que tirar de mantas y calcetines para taparme del frío. Menos mal que la estufa la tengo cerca (situada estrategicamente en el salón) y me calienta los pies, porque soy de esas que se les enfrían en otoño y no los vuelve a sentir hasta finales de primavera. Este año creo que voy a tener los pies «anestesiados» durante muchos meses. Y aunque os parezca mentira, estoy deseando que llegue la nieve. Creo que este invierno pasado no tuve bastante, o quizá fue que mi suegra no me dejó disfrutarla. Pero este año voy a tener otra gran dosis (seguro) y voy a poder disfrutarla como nunca.

Y hoy me vais a permitir que le diga unas palabras a una de mis poquísimas amigas, que sé que es la única que me sigue de ellas. Se ha casado hace muy poquito y me lo he perdido.

Nena, he visto los vídeos de tu boda (anda que tenga que decirme el Facebook donde están…) y no sabes no mal que me sabe no haber podido ir. Me he tirado como 3 horas intentando verlos (mi conexión es, cuando menos, desesperante) pero ha merecido la pena. La ceremonia preciosa y muy sentida. Ni te imaginas lo que me hubiera gustado vivirla en directo tal y como era el plan. Pero la vida a veces nos aparta de esos momentos, queramos o no. Sigo esperando esas fotos por Whatsapp, y espero que lleguen pronto. Os deseo lo mejor en esta nueva etapa de vuestra vida, que sé que seréis igual o más felices que hasta ese momento. Y espero estar cerca para verte en el próximo gran momento de tu vida, que los niños tienen que llegar algún día. Sed felices y disfrutar todo lo que podáis.