Hoy ha vuelto la mujer que me compró los peluches hace un par de semanas. Ella no trabaja aquí todas las semanas, así que he tenido que esperar un poco a cobrar, pero ha cumplido. Y gracias a eso, estoy más contenta que unas pascuas.
Con el dinero que me ha pagado y un poco de perseverancia, me he podido comprar el cargador para el portátil «nuevo. ¡Voy como una niña con zapatos nuevos! He estado toda la tarde haciéndole arreglos que le hacían falta, configurándolo y corrigiendo un par de fallos. Y ahora va de maravilla, de hecho os escribo desde él.
Pero me he dado cuenta de que cuando lo llevamos a la tienda para que nos dijeran si arrancaba nos querían timar, porque le sacaron varios fallos que no eran reales. El micrófono pitaba, y de hecho hoy también, pero desactivándolo ha dejado de pitar. La pantalla parecía rota (o esa fue la sensación que nos dio en los 15 segundos que estuvo encendido en la tienda) y ahora que lo he podido ver con más detalle, sólo era suciedad, está perfecta.
Lo que más me ha hecho pensar fue que cuando lo enchufaron en la tienda se apagó a los 15 segundos de estar encendido, y yo pensaba que algo le pasaría, pero lleva 5 horas encendido sin problemas. El tipo le hizo algo al enchufe para que se apagara, si no, no me lo explico. En total nos dijo que el arreglo costaría unos 200€ teclado incluido (que el que tiene ahora mismo le faltan varias), y al final lo tengo casi arreglado del todo por 20€ que me ha costado el cargador.
Claro, os preguntaréis cómo estoy escribiendo si le faltan algunas teclas (11 en total) y si os digo que algunas son la E, R, A, S, G y la de borrar. Pues me he tirado un rato largo relococando algunas y pintando la letra con permanente. Me siguen faltando, pero al menos puedo escribir con normalidad. Eso sí, la de borrar le he tenido que echar imaginación, porque sólo una encajaba en el hueco y ha sido la 7ª que probaba.
En fin, tela de contenta, que de una chatarrilla tirada he sacado una gran máquina con 20€ de inversión. Ya podían haber tirado también el cargador, pero era pedir demasiado. Si encima me dan el trabajo la semana que viene, seré una de las personas más felices que veáis por aquí. Bueno, al menos hasta que tenga una casa, entonces no habrá quien me borre la sonrisa de la cara.