Papeleo para la boda

Bueno, tarde pero aquí estoy de vuelta. Empezaré por las entradas que tengo pendientes y ya os iré contando las novedades.

Hace ya un par de semanas fui al registro civil a empezar con el papeleo para la boda. Esa era la teoría, y yo ya iba concienciada con tener que pasar una serie de pruebas a cual mas compleja, que me pidieran la sangre en un cubo y un pelo del culo de un unicornio mínimo para poder empezar a mover papeles, pero ¡sorpresa! ha resultado ser todo mucho mas sencillo de lo que esperaba. Roxu es de Oviedo, así que contaba con tener que pedir algún que otro papel en el viaje de Febrero a ver a la familia. Pues no, en el mismo momento fueron capaces de buscar los papeles que necesitaban del ayuntamiento de Oviedo sin movernos de allí. Por fin empiezan a hacer las cosas bien y a facilitar los trámites. Lo que sorprende es que puedes pedir una partida de nacimiento de la otra punta del país de forma telemática, pero un simple certificado de empadronamiento del mismo pueblo que el registro civil no. Eso si he tenido que ir hasta el ayuntamiento a pedirlo. Total, lo que yo pensaba que me llevaría un mes (con viaje a Asturias de por medio) lo tuve resuelto en una mañana. ¡Si hasta me dio tiempo de informarme de los papeles para que  Miniyo vaya al cole! Solo faltaba una segunda visita al registro a entregar los papeles con un testigo y listo, todo en marcha.

Así que nada, unos días después quedamos con la hija de Roxu (que estaba de vacaciones en el pueblo) y mis padres (que también querían ser testigos) para ir otra vez al registro a entregarlo todo y que nos hagan esperar dos meses para darnos «permiso» para casarnos. Pues menos mal que llevamos suplente, porque la hija de Roxu perdió la cartera un rato antes de entrar al registro y al final no pudo firmar ella. Nada, la encontró en cuanto salimos, pero ya no hacía falta que firmara. Ahora solo queda esperar unos dos meses a que nos den el visto bueno. Hasta entonces queda aparcado el tema papeles. Ya no queda nada…. ¡Madre mía!

De no puente

Nosotros no hemos hecho puente. A nosotros nos ha tocado trabajar viendo como un montón de gente se pasea por la puerta de la tienda de un lado para otro. Y a partir de ahora cada vez más se va a ir notando la gente en las tiendas. Ya hemos empezado la cuenta atrás para las fiestas. Ya estamos en esa época del año que hay que pensar en que regalar al resto de la familia. Viajes y más viajes a tiendas y páginas web buscando la mejor idea para regalar. Menos mal que todavía hay tiempo.

Yo me dije a mi misma que aprovecharía estos días de «relax» para empezar con el papeleo para la boda, pero todavía no he tenido un momento. A ver si está semana que viene tengo un momento para empezar con todo, aunque ya me veo venir que al final empezaré el papeleo en enero. Que no puedo despistarme, que la boda está a la vuelta de la esquina y que todavía tengo algunas cosas pendientes, pero no llego a todo. Me faltan… yo calculo que entre 4 y 6 horas más al día para poder llevarlo todo adelante sin problemas. Como dice Roxu, tengo que organizarme, pero cuesta.

En fin, a ver si puedo empezar a poner ya cosas de la boda por aquí, que hay ganas. Poco a poco iré poniendo lo que me he ido encontrando a la hora de empezar con los preparativos para la boda. Parece mentira que estemos ya a unos seis meses nada más….

Prehistoria

Así parece que vivimos a veces en este pueblo. Sí, pueblo. Porque cuando te das cuenta de que es un agujero en el que no llega nada del exterior, no puedes llamarlo ciudad, no te nace. Llevaba yo 2 semanas con intención de empadronarme aquí tras desertar hace 5 años cuando, incauta de mí, decidí que ya era el momento. Así que me armé de valor para hacer cola con mi carpeta llena de papeles y fotocopias y me planté allí. 

1º intento

Cojo turno, me siento tranquilamente y rato después me llaman. ¿Sabíais que en algunos pueblos de España te piden la sangre de un unicornio para demostrar que vives entre ellos? Pues a mí casi me la pidieron. Fotocopia y original de un recibo que no he visto en persona desde que entramos al piso (entre otros tantos) y me revisa los que ya tengo para darle el visto bueno. Me faltan más de la mitad, calculo 4 sitios a los que tengo que ir a por ellos. Nada, todavía me queda mucha mañana, así que me dedico a ir de ruta a por tooooodos los papeles que necesito (y que ya podría poner la web que eran necesarios) y de vuelta al ayuntamiento.

2º intento

Vuelvo a hacer cola, que me ha gustado eso de quedarme mirando durante una hora un cartel con numeritos que de tanto en tanto cambian. Voy a la mesa cuando me toca y presento de nuevo los papeles. No valen (¿en serio?). Parece que la normativa ha cambiado en estas 2 horas que he estado fuera y ya no vale. No solo eso, si no que ahora necesito que me autorice el hombre de la casa. Va, esto tiene que ser una cámara oculta. Tras varias miradas furtivas detrás y debajo de la mesa la funcionaria me dice amablemente que sin el hombre de la casa no me puedo empadronar. Me voy, pero volveré.

3º intento

Vuelvo con refuerzos. Llevo a Roxu, que tras reírse de mí toda la semana con la frase «eres una mujer, necesitas mi permiso» ha decidido al fin ayudarme y darme su permiso (y de paso me doy cuenta de lo mucho que odio la burocracia). Hacemos cola durante una hora y Roxu sale a fumarse un cigarro. La mujer de detrás del mostrador le da un repaso de arriba a abajo mientras sale. Qué poco disimulo. Media hora larga después nos toca y vamos a la mesa. Hoy vengo preparada con mi supercarpeta llena de papeles y fotocopias de todos los tamaños y colores. Empieza a mirarla y… ¡Sorpresa, faltan papeles! (Espera, esto ya lo viví yo hace una semana…) por lo visto la partida de nacimiento de Miniroxu que archivaron queda demasiado lejos como para buscarla. Y ahora que lo mira… el extracto del banco no le gusta en ese color. Me levanto y dejo a mi hombre solo en la mesa (¡y sin permiso! Así soy yo, una temeraria) Si me quedo puede que le diga algo desagradable a la mujer y no quiero que me prohiban empadronarme. Sale Roxu. Comemos en 10 minutos y llegamos tarde al trabajo.

4º intento

Recojo a Roxu que está haciendo horas y vamos al ayuntamiento de nuevo (le he cogido el gustillo a eso de hacer cola). Media hora después intenta colarse una pareja de extranjeros con la escusa «no entiendo» (los números los conocerán, digo yo) y son la comidilla hasta que les toca. En ese momento entro en pánico, esta mañana con las prisas no me he peinado. Me la juego, me quedo a ver si no se da cuenta y me empadrono igual. Media hora comiéndome las uñas pensando en qué me van a pedir y nos toca la misma mujer de ayer. Revisa. Está mirando demasiado los papeles, algo va mal, seguro. Sigue mirando, sigue mirando… Y saca un papel de la impresora que dice que Roxu y Miniroxu ya están empadronados. Ala, ahora yo. Sigue mirando… Bien, no me ha mirado el peinado. Y hace firmar a Roxu el permiso para que yo me empadrone (¿en serio? Esto me va a costar caro. Me quedan pocas bromas que aguantar…)Ahora firmo yo. ¿Ya está? ¿Y la prueba en sangre? Jo, yo que me había depilado el brazo para dar buena imagen al levantar la manga… Dice que si queremos una copia hay que pagarla. Señora, lo que quiero es irme que tengo hambre como para atacarla y arrancarle una mano. Vamos por el pasillo de vuelta despacito, los extranjeros que intentaban colarse van detrás nuestra y tienen que esperar a que salgamos. Nos miran raro y no sé por qué.

Me he fijado bien en su cara y espero que se le estropee algo en casa y lo traiga. Le voy a pedir el libro de familia para llevarse el móvil. Tiempo al tiempo. En algún momento caerá en nuestras manos… Y nuestra venganza será terrible (risa maléfica de fondo).

P.D: me costó menos empadronarme en una puñetera caravana en la cuna de la burocracia. Manda huevos…

Esto marcha

Siento haberme vuelto un poco monotemática estos días, pero ahora mismo poco más nos pasa a parte de los preparativos para el viaje. Los días se me están pasando a una velocidad de vértigo, y el día que menos lo espere nos pondremos en camino. Sinceramente, quiero dormirme esta noche y despertar ya en casa de mis padres. Odio las mudanzas y llevo ya unas cuantas a cuestas.

A pocos días de nuestra vuelta ya lo tenemos casi casi todo resuelto. Nos faltaba vender el Ka y si todo marcha mañana se lo llevan. Tenemos todos los papeles listos y el comprador busca desesperadamente un coche pequeño y asequible, así que es casi seguro que al venir se lo lleve. Mi novio ha estado cotilleando un poco la competencia que hay por la zona y es el único coche que todavía tiene ITV y no se cae a trozos.

Las cosas siguen en gran parte desparramadas por todos lados, pero ante la noticia de que este sábado voy a poder poner más lavadoras (gracias a que el frío nos está dando una tregua con los 5 graditos que disfrutamos de día) no voy a empaquetar la ropa hasta que no sepa cual dejamos fuera para ponernos. Sé que tengo que ponerme las pilas, pero no hay tanto por recoger.

En cuanto a papeleo, sólo nos falta darnos de baja en el ayuntamiento, pero eso debemos hacerlo este lunes que viene por la mañana. Así que como veis está todo más o menos organizado. Y el dinero que le deben, ya está hablado con la ETT y nos hace el favor de distribuirlo de tal manera que no nos sangren a impuestos. Mi novio estará de «vacaciones» pagadas (seguirá trabajando en el camping hasta que nos vayamos desde el 13, así que tiene unos días para descansar algo más.

No pensé que todo iría tan rápido estos días. Sabía que tendría ajetreo, pero eso de que llegue la hora de dormir y pensar que ya se me ha escapado otro día es genial. Y las cosas que faltan por recoger tienen que estar listas el sábado, porque mi novio me ha castigado y dice que si no están las cosas listas para entonces, no vamos a la ciudad al mercadillo navideño. ¡Y yo quiero ir! Más me vale que me cunda el tiempo. Ya no nos queda nada, pero nada de nada. Entre unas cosas y otras, el día del viaje ya lo tenemos casi encima. ¡Y las ganas que tengo de que llegue!

Con burocracia así da gusto

¡Ya tenemos el coche en casa! Hoy hemos hecho todos los papeles (ha ido todo muy rápido) y ya es nuestro oficialmente. Sorprende la diferencia entre una compra de un coche en España y aquí. Ayer os comentaba el tema de las matrículas, pero he de decir que me ha sorprendido gratamente la eficacia (y los precios, que todo hay que decirlo) que tienen aquí.

Cuando compramos nuestro coche español, los trámites duraron semanas, ya sabéis, tráfico y su burocracia. Además de que nos costó unos 180€ nada más que arreglar los papeles. Y eso que era un coche del año 95, que si tenía menos años, el precio subía. Encima tuvimos que pasar varias veces a por ellos. Una pesadilla. Quien haya comprado un coche de segunda mano, sabe a lo que me refiero.

Aquí las cosas son más sencillas y eficaces. Primero, no vas al departamento de tráfico de la ciudad, te lo tramitan en la policía más cercana, por lo que las colas son mucho menores. Esta mañana temprano hemos ido y en cuestión de 15 minutos ya habíamos entregado los papeles y los estaban tramitando. Hemos pagado la tasa (34€) y nos han dado un papel para que nos hicieran las matrículas. Como justo al lado hay varios negocios que se dedican a ellos, digamos que hemos tardado más en cruzar la calle y entrar que en que nos hicieran las matrículas en el momento.

Una vez con ellas en la mano, hemos vuelto a la policía y nos han puesto las pegatinas de la provincia y la itv (que aquí se pone en la matrícula, no en el parabrisas). Y a continuación nos han dado ya nuestros papeles de coche a nuestro nombre. Una hora escasa hemos tardado Entre aparcar el coche que nos llevaba a comisaría y volver a cogerlo para ir a por nuestro coche.

Tres papeles (muy fáciles de conseguir) nos han hecho falta para tramitarlo todo, y ya no tenemos que volver a menos que nos mudemos. Así que hemos pasado la tarde probando el coche en carretera y anda genial. Eso sí, mi novio echa de menos los 30 caballos de más que tenía nuestro coche. Por cierto, de momento está con nosotros. Ya tendremos tiempo de venderlo o arreglarlo. No tenemos prisa.

Por si no lo habéis visto en Facebook, hoy hemos aprovechado que íbamos a la ciudad a un par de recados para celebrar lo del coche, y hemos comido en un restaurante español. Sólo diré que era como estar en un bar en España de verdad. Menudas croquetas, menudos boquerones, menudo pescadito… Todo riquísimo. Lo sorprendente es que es una franquicia, el dueño es griego y el cocinero alemán. Pero oye, porque nos lo han dicho, que si no, ni lo habríamos pensado.

En fin, contentos de tener por fin con qué movernos libremente. Tanto que mañana tenemos planeado un viajecito un poco más al sur. Ahora que podemos, vamos a intentar otra posibilidad de trabajo. Pero eso sólo el tiempo lo dirá. Prometo informaros.

Más cerca de lo esperado

Esta tarde hemos ido a casa de una pareja italiana de un pueblecito de aquí al lado. Una casa… Un jardín… Un salón… ¡¡UN TODO!! Qué envidia. Cuando he visto ese pedazo de sofá de chorrocientas plazas frente a la tele… me moría de envidia (pero de la sana). De cuero blanco (o polipiel, o lo que sea, brillaba) que incitaba a tirarse en plancha para dormir una buena siesta (y eso que me gustan más los de tela de toda la vida). Nos hemos sentado allí mientras nos servían un café, y qué maravilla. Cómodo como él solo.

De repente la chica se me queda mirando y me dice entusiasmada que ella es esteticista. En ese momento no le he dado importancia, pero cuando al llegar me he ido a la ducha y me he dado cuenta de que realmente tenía las cejas un tanto «dispersas». Y claro, no podía volver a presentarme así mañana delante de ella cuando vayamos a recoger nuestro nuevo coche. ¡¡Sí!! ¡Tenemos coche nuevo! ¡Oeoe oeoe! Estoy que todavía no me lo creo.

Anoche pusieron el anuncio en internet, y hoy hemos ido a verlo. En buenas condiciones, propietario mecánico y ha sido usado para llevar a los niños al colegio, así que lo han cuidado. Lo cambian porque les viene otro peque en camino y un Ford Ka no es para llevar a 3 peques dando guerra. Y no es como los Ka a los que estoy acostumbrada, es de los que tienen los paragolpes de chapa y no plástico negro. Es azul oscuro. Me encanta, y lo mejor de todo ¡llego a los pedales! Porque aunque os parezca mentira, hay coches que no puedo conducir porque no llego.

Claro, después de todos los viajes que hicimos a mirar coches que se suponía que eran «aptos», parte del presupuesto voló en gasolina. Pero este nos ha salido a un precio muy decente y estamos muy contentos con él. Hoy le hemos hecho el seguro (que merece un post para él sólo, porque me ha dejado con la boca abierta) y mañana sólo nos queda pedir las matrículas nuevas y ale, ¡a rodar!

Os explico lo de las matrículas un poco. Aquí cada dueño del coche «compra» unas matrículas nuevas para el coche. Todas las multas que pudiera tener ese coche, se quedan con el anterior dueño, y las multas nuevas no le llegan al anterior dueño en ningún caso. Consta de unas letras que hacen referencia a la ciudad a la que pertenece y unos números que pagando unos 10€ más puedes elegir. Y si te mudas de ciudad (o pueblo que «pertenece» a esa ciudad) tienes que comprar unas nuevas con las letras actuales. Aquí no existe la trasferencia del coche y el gasto que implica, sólo la compra de las nuevas matrículas que paga el nuevo dueño. Os iré contando más a medida que lo descubra.

Contenta y pegando botes porque por fin podremos salir a la ciudad con nuestro coche con pegatina verde y sin miedo de que nos deje tirados. ¡Y con ruedas de invierno ya puestas! Que desde hoy son ya obligatorias hasta primavera. Tanto buscar y buscar y resulta que el coche estaba más cerca de lo que pensábamos. Ya podría haber aparecido hace un par de semanas…

Estas sorpresas son las que me gustan

Hoy ha sido un día productivo. Muy productivo. Hemos ido al centro de trabajo a ver si me podían dar el curso de alemán. Y he de decir que me he encontrado algo todavía mejor. ¡Me han dado dos ofertas de trabajo!

Una es para un minijob limpiando 8 horas a la semana, pero la otra es entre cables, aunque sólo sea montándolos. Eso sí, a jornada completa. Lo mejor es que los dos trabajos están cerca de casa y puedo ir en bici. Así que de momento con un coche andamos más que bien. Nos han dado mucha información y nos han dicho qué y cómo debemos hacer las cosas para poder mejorar.

Al principio nos han mareado un poco la perdiz de una persona a otra, pero la verdad es que han sido todos muy atentos y eficientes. También puede ser que a uno de ellos le hayamos caído en gracia por vivir en el mismo pueblo y hacerle un poco la rosca con el «es un pueblo muy bonito», pero bueno, la cuestión es que nos han ayudado y nos van a ayudar más todavía en las próximas semanas.

A todo esto yo haciendo sólo acto de presencia, porque las presentaciones eran «hola, somos tal y tal y ella no sabe alemán». Mejor, así no hay momentos incómodos en los que me hablan y no sé que me están diciendo. Ya habrá tiempo para eso.

Sobre el curso de alemán, es algo más complejo de lo que esperaba. Digamos que si me rechazan en las dos empresas, me lo dan. Si me cogen en el trabajo a jornada completa, se supone que puedo pagármelo, aunque para el trabajo no pidan el idioma, con hablar inglés va bien.

Yo contenta, porque de aquí a Septiembre o bien tendré trabajo, o el curso de alemán, así que ya podría defenderme y buscar por mi cuenta. Poco a poco las cosas van mejorando, y en los próximos días os iré dando novedades, que seguro que habrán muchas.

Un poco más cerca

Hoy por la tarde he tenido uno de esos momentos de «esto ya lo he vivido». Comenzó exactamente igual que el domingo antes de la tormenta. Viento fuerte que se oye a lo lejos, yo corriendo a plegar la sombrilla, cerrando la puerta con llave para que el viento no la abra y al poco truenos que se van acercando.

Menos mal que la tormenta de hoy ha sido más suave que la del domingo, y que la gente ya había tomado precauciones. De todas maneras el viento ha levantado mucha porquería y ha arrancado alguna rama, aunque esta vez no han habido daños. Ha estado lloviendo un par de horas, pero se un modo mucho más suave.

La tormenta ha pasado de largo varias veces por encima de la caravana, que el viento cambiaba de dirección y ha vuelto un par de veces. Pero estas las he podido disfrutar, y como veo el cielo varios kilómetros a la redonda, los rayos eran espectaculares. En un cielo lila de fondo, se veían claramente, y han que reconocerlo, precioso.

Pero lo que realmente me ronda la cabeza hoy es… ¡que hoy hace 3 meses que estoy empadronada! Así a la ligera quizá no os diga mucho, pero es que resulta que ya puedo pedir un curso de alemán sin que me cueste un ojo de la cara. En un par de días, cuando podamos ir a la ciudad, iremos a pedirlo, y con un poco de suerte en Septiembre empezaré «el cole». Yo que pensaba que para mí se habían acabado los estudios y mira por donde no es así.

Estoy contenta, porque si lo conseguimos, en unos meses habré dejado de chapurrear alguna palabra alemana entre mucha inglesa y demasiados gestos y por fin podré entender esas series que veo en la tele y tanto me gustan. Sé que me va a costar, que es un idioma complicado. Pero entre que ya entiendo alguna palabra y que tendré un profe, va a ser mucho más sencillo que el modo freelance.

Según dicen, habrán más tormentas, y probablemente alguna más fuerte que la del domingo. Pero a mí la alegría de hoy no me la quitan, porque estoy a un paso de tener muchos derechos a los que hasta el día de ayer no podía acceder. Pero eso os lo iré comentando a medida que yo me entere bien. En un par de días, empieza lo bueno.

Con el Estado hemos topado

Hay miles de páginas en las que te explican al dedillo cómo funciona el sistema de paro alemán. Yo quiero explicaros un poco, pero de forma sencilla y desde mi punto de vista, ya que hay detalles que nadie te cuenta.

Para empezar os diré que si alguien tiene pensado venirse, lo ideal es venir a casa de un amigo o familiar (quien lo tenga) con una oferta de trabajo formal bajo el brazo. En su defecto con dinero bajo el brazo.

Yo me he venido a la aventura, y no es nada fácil, creerme. Y si no fuera por la inestimable ayuda de que mi novio sabe muy bien alemán, ya me habría cortado las venas. Hemos llegado sin trabajo ni casa, así que nuestra única opción ha sido el camping por los perros. Para los que vengáis solos o con pareja, os recomiendo una habitación en un piso compartido mientras os labráis un futuro aquí. Y si podéis, buscarla antes de veniros. Indispensable que sepáis alemán, al menos uno de los dos si venís en pareja, porque os van a marear con papeleo y rodeos incluso sabiendo bien el idioma.

Aquí el sistema de paro es bueno, nadie se queda en la calle, pero desde hace un año o así, hay que residir en la zona 3 meses para optar a él, así que lo primero que tenéis que hacer es empadronaros, aunque sea en la dirección del piso compartido. No es difícil ni caro, unos 5€ me cobraron a mi por cada uno. Pero es indispensable por si las cosas no van bien. Si podéis hacerlo en los primero días, mejor. Y por supuesto una cuenta en el banco. Indispensable después de empadronaros.

Buscar un trabajo con contrato, aunque sea breve, porque si entráis en el sistema, tendréis más oportunidades de salir a delante si las cosas se tuercen con el trabajo. En las ETT la cosa va deprisa, en pocos días podéis estar trabajando. Hay muchas y muy repartidas, así que no es difícil encontrar una.

Aquí si te quedas en paro el estado te proporciona casa y dinero para comer, pero no es fácil acceder a él si no has trabajado ni un solo día en el país, al menos hasta que lleves 3 meses aquí. Y si no sabes alemán, también te dan un curso intensivo gratis en ese paquete.

Resumiendo:

– Aprender alemán.

– Buscar casa y trabajo antes de venir si podéis.

– Empadronaros nada más llegar.

– Abrir una cuenta en el banco.

– Y en caso de venir sin trabajo, acudir a todas las ETT que podáis.

Nos habríamos ahorrado mucho tiempo y dinero si alguien nos hubiera dicho que te podías empadronar en el camping si la dueña te lo permite. Pero ya hemos «despegado» así que ya es cuestión de tiempo.