Nos vamos a Madrid

Pues si, en pleno Agosto el pueblo se ha llenado de gente de fuera (a veces me olvido de las restricciones que todavía hay) y nosotros nos vamos a Madrid a pasar un par de días. Qué queréis que os diga, pero los 32 grados que habían esta tarde por aquí no tienen nada que ver con los 32 en casa. NI DE BROMA. La sensación térmica es mucho más bestia allí. Es mucho más llevadero el calor que hace aquí.

En cuanto hemos acabado un par de cosas que teníamos pendientes en el taller, hemos cogido el coche. Hemos llegado justo a tiempo para cenar. Nos hemos ido a un wok que había cerca del hotel y me ha sorprendido el jardín que tenía. El restaurante era enorme, imagino que de día tendrá más clientes que de noche. Y al jardín daban varias salas que tenían una parcela “para fumadores” individual. Y como no, varios bonsais desperdigados.

La zona de fumadores

Mañana nos espera un día completito, por la mañana vamos a Cobo Calleja a colimbrear y buscar herramientas por allí, a medio día a comer con unos clientes, y por la tarde veremos, pero seguro que algo se nos ocurre. Así que nada, mañana os seguiré contando, que estoy a punto de darme con el móvil en la cara.

Día 1 fase 1

Bueno, vivimos en una de las zonas en las que la fase 1 ya ha comenzado. Y repito lo que dije hace unos meses: POCO NOS PASA. Hoy el pueblo era un cachondeo. La gente en corrillos apiñados unos contra otros en cualquier escalón, las mascarillas casi inexistentes, una cantidad de gente en la calle como si nada que no es ni medio normal. Ya os digo yo que como la gente no se tome en serio esto, nos volvemos para atrás. Pero bueno, no voy a seguir con el tema. Ya bien habréis visto como está patio por ahí.

En cuanto a mí, sigo arreglando el jardín del balcón, y y casi lo tengo a mi gusto. Me encanta salir y ver cómo van evolucionando poco a poco. Con alguna baja ocasional, pero en general todas con buena salud. Esta ha sido una de las últimas adquisiciones.

Pequeña piracanta en flor

Y la verdad es que me encantaría encontrar gente de la zona que le gustara esto. No es una afición que tenga mucha gente. Tengo muchos proyectos y experimentos en los pocos metros de los que dispongo. Pocos, si. Pero bien aprovechados.

Mi pequeño jardín

En fin, de momento a seguir cuidando plantitas y evitando que Miniyo me las pode en un descuido. Que peligro tiene…

Un visitante inesperado

Anoche nos pasó algo curioso. Es algo que no deja de ser normal, ya que vivimos en el campo. Pero aún y así nos sorprendió, y es que una visita como esta no se recibe todos los días. Lo malo son los daños colaterales.

Mi novio fue al baño y cuando volvió escuchó un ruido. Se ve que no fue el único y en un segundo de despiste Histérico salió de la caseta. Y con su  naturaleza «sociable» se puso a ladrar al vacío. Los dos en la caseta acojonados llamándolo, ofreciéndole chuches y haciendo mil monerías para que volviera a entrar, y él tan feliz pegando vueltas por el césped a las 3 de la mañana. He de decir que se emocionó menos que de costumbre y sólo ladró un par de veces, pero tiene un ladrido de esos que parece que el bicho está hueco y retumba que da gusto.

Cuando conseguimos que entrara, mi novio salió a ver si conseguía saber que lo había alterado tanto (y nos había dado el susto) y lo encontró, vaya que si lo encontró. En un rincón del jardín hecho una bolita nos encontramos con esto:

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¡Un erizo! Que bueno, estando donde estamos no es de extrañar, pero nos podía haber traído algún dolor de cabeza. Porque lo primero que pensamos  fue «mañana el vecino nos va a echar la bronca por los ladridos del perro» ( bueno, yo no, lo primero que pensé fue hay que hacerle una foto, y le cayó un reportaje completo).  Si ya le molestaron los niños del vecino de al lado nuestra, pensábamos que se cabrearía todavía más por los ladridos. Así que esta mañana mi novio ha hecho el «recorrido de disculpa», se ha pasado por los vecinos más cercanos y ha pedido perdón por los dos ladridos (menos mal) que soltó Histérico.

La mayoría ni lo oyeron, pero la mujer del vecino «majo» sí. Pero para nuestra sorpresa no le ha importado, a esa hora estaba despierta y la cosa al final ha quedado bien, al menos de cara a nosotros. Porque me imagino que se lo contará a la dueña antes de irse.

He de reconocer que el bicho de cerca es algo feo, sobre todo después de verlo en la foto, que anoche me quedé a un metro y pico de él. Pero la bolita que yo veía anoche era hasta mona. De todas maneras, que no vuelva demasiadas veces, que si tengo que salir por la noche y lo piso, no me va a hacer ni puñetera gracia.

Si lo llego a saber…

Hoy he tenido un arrebato de esos mezclados entre «me aburro un webo» y «el jardín pide socorro», así que he decidido darle un repaso al seto de la terraza que se estaba desmadrando un poco. Pero claro, sin herramientas es complicado. Y los vecinos que son muy majos me han prestado una de esas tijeras de podar (de las pequeñas) para que pudiera empezar por algún lado.

Un par de horas cortando ramas del seto, arrancando una planta invasora que se lo estaba comiendo y dejándome los nudillos pegados en las ramas grandes. Todo esto con la ayuda de una escoba para poder más o menos ver si me pasaba cortando o me faltaba alguna rama. Vamos, divertido y fácil.

Cuando me he tenido que ir a hacer un par de recados, me he quedado mirando el seto, y yo ya pensaba que se me había pasado la mano cortando, pero claro, había que dejarlo todo más o menos igual entre hoy y mañana, así que nada, pensaba recortar el resto a la vuelta con un poquito más de miramiento.

Cuando hemos vuelto con el coche, el hijo de la dueña del camping andaba por nuestra caravana y se ha fijado que había un trozo que estaba cortado, y ha preguntado quien ha sido. Mi novio le ha dicho que fui yo con las tijeritas, y va y dice que nos va a ayudar. Yo pensaba «bueno, si me deja algo más grande, iré más rápido». Con la boca abierta me ha dejado cuando lo he visto llegar con la podadora con motor. Porque por supuesto no iba a dejármela ni en broma. Ya sabía por donde iban los tiros y no me hacía mucha gracia.

Ris ras y en un momento ha cortado todo el seto, incluida la parte que yo ya había cortado. Y es que si yo pensaba que me había pasado, él ha dejado la mitad del seto literalmente. Ahora a penas hay una maraña de ramas de poco más de un metro que ha quedado fea fea. Pero oye, rápido si que ha sido.

Mañana me tocará retocar lo que ha dejado, aunque sea poco, porque estéticamente hablando ha quedado muchas ramas a medio cortar y queda un poco raro. Tanta faena para nada. Si lo llego a saber, no me tiro ese rato cortando una por una todas las ramitas que veía fuera del sitio. Total, para dejar todas las ramas gruesas al aire, lo que yo he hecho no ha valido para nada.

En fin, me ha quitado la diversión de un par de días, medio seto y las únicas flores que había en mi parcela y que me gustaban, pero al menos ya no tengo media terraza invadida por las plantas.