Uno más de la familia

Como sabéis, desde que llegamos en casa de mis padres hay 3 perretes. De Gordi nunca os he hablado, pero tiene la misma historia que Rafita. De carácter es un perro muy tranquilo, mucho más que su hermano, y muy pijo. Es uno de esos perretes «malcriados» que manipulan a todo el que tienen cerca con sus monerías y carantoñas (algunas veces pienso que Rafita debería aprender de él a ser un poquito más sociable con la gente). Pero desde ayer anda con conjuntivitis en un ojo y tiene a mi madre toda pringada de la crema que tiene que ponerle para curarlo.

Para ponérsela no pone mucha resistencia, se deja más o menos manosear. Y se aleja de un modo tranquilo, pero se ve que le molesta tener la crema en el ojo y nada más tiene oportunidad se sube a mi madre y le restriega el ojo por donde puede para quitársela. La primera vez le pilló a traición y se la restregó por el cuello. Ya estamos acostumbrados a que tanto Gordi como Rafita cuando acaban de comer tienen que limpiarse la boca (literalmente) contra algo, ya sea una manta, el sofá, la cama, ropa… menos mal que su comida habitual es pienso.Imaginaros la que me habría liado Rafita si lo llega a hacer el día de la nata si no lo llego a limpiar antes.

Y hoy llegando a casa del paseo/maratón de todos los días nos hemos cruzado con el otro hijo de Gordi. ¡Es que son de un lindo tremendo! Tanto uno como el otro son para comérselos. Pero es muy curioso que a pesar de ser hermanos, uno tiene las patitas casi el doble de largas que el otro. Lo que no cambia es que también es un perro hiperactivo (yo pensando que el mío lo era) y ha estado acosando a nuestros 3 perretes mientras ha durado la visita. ¡A los 3 a la vez! Kody aguantando el tirón con su paciencia infinita, Gordi contento porque lo conoce y sabe qué perro es. Pero Rafita… le reñía para que se estuviera quieto. Le daba algo así como golpes con el morro en el costado para que parara. Pensábamos que era simple mala leche, pero resulta que le estaba regañando. Nunca dejará de sorprenderme.

Y esta vez he podido hacer una foto, aunque en la realidad es mucho más bonito. Pero con todo lo que se movía era casi imposible sacarle una decente. Si ya me cuesta con Rafita, con este es misión imposible. Os presento a Chester, el sobrino de Rafita.

6 meses tiene la fierecilla ahora. Dice la dueña que se le ha comido las patas de su mesa, que en un principio eran cuadradas y ahora son redondas. Pues que no compre otra hasta que no cumpla el año y medio, porque será otro mueble perdido. A Rafita le dio por los pañuelos de papel y la pata de un sofá (al que sólo le dio un par de mordiscos), pero Kody lleva en su cuenta el cable de un secador, dos cargadores de móvil, otro de portátil (del que utilizo ahora mismo) y varios cables más que menos mal que no tenían importancia. Todo un electricista estaba hecho mi perro. Menos mal que sólo fue una fase.

Antes de que nacieran los dos cachorros, tanto mis padres como la dueña de la perrita (que se quedó con el que vi el otro día) decidieron que no los iban a vender. Podrían haberlo hecho, pero yo también opino que no hay que ganar dinero a costa de nuestros perretes. Es preferible buscarles un buen hogar donde vivir que sacar unos euros. Los 5 perretes han han tenido una suerte tremenda de caer en las casas que han caído. Ya os lo digo yo, que se les trata como a reyes.